domingo, 11 de julio de 2010

Hacia una visión holística de la mujer en Soles mojados de una niña azul de Emma Jeannette Rodriguez


Por el Profesor Alberto Martínez-Márquez
Universidad de Puerto Rico en Aguadilla


“Hay un mundo dentro de mi alma / no visto, no oído, no conocido: / la mujer y la vida nadie se atreve a poseerlas/ no de pensamiento, ni de obra/ ni de palabras.” Estos versos iniciales del poema “Persona,” que a modo de introito inicia Soles mojados de una niña azul (Gaviota, 2009), exhiben una factura inaprensible del ser femenino que escapa a toda lógica o discurso dominante patriarcal y falocéntrico. Desde la poesía, Emma Jeannette Rodríguez entreteje una imagen más profunda y compleja de la mujer, que inscribe su propia lógica y asume con apostura su imperiosa otredad. De esta forma, Soles mojados de una niña azul, queda consignado dentro de un feminismo alternativo que construye una concepción holística de la mujer. Sin duda, este poemario se acerca a la denominada “poesía confesional”—sin entrar en el burdo biografismo—, en tanto esboza un intimismo lírico que resalta aquellas experiencias privativas y diferenciales que comportan el ser femenino.
Esta visión holística deriva en una estructura poemática que desafía la representación dicotómica de la mujer como ave-eva—esto es, la santa y la pecadora—, tan arraigada en nuestra cultura occidental desde la Biblia hasta Freud. Cada una de las cinco partes que configura el texto pone al relieve un determinado aspecto del sujeto femenino, sin dejar de problematizar ciertos convencionalismos y posturas tradicionales. Estas secciones del poemario son: (1) “Miel con sal,” que resalta el eros o el amor; (2) “Del vientre y su alma,” que gira en torno a la maternidad; (3) “Delirium,” que explora el aspecto existencial; (4) “Sangre,” que se yergue como una crítica a las instituciones sociales y a ciertos individuos que actúan en contra de la mujer; y la que cierra el texto, (5) “Mi ala transparente,” que presenta el tema de la trascendencia y la dimensión espiritual. Debo añadir que Soles mojados de una niña azul opera como un poemario de doble intencionalidad, que se expresa, por un lado, como propuesta estético-literaria; y, por el otro, como un libro catártico-experiencial, dirigido mayormente a una audiencia femenina. Como propuesta estético-literaria, los poemas están cargados de un lirismo emotivo e imaginista que plasma un lenguaje sensual y otorga a la palabra un acento reflexivo, donde concurre el idealismo y la desmitificación. También está presente el mundo onírico y surreal que se afinca en la alteridad femenina. En términos de lo catártico-experiencial, diría que las secciones menos “líricas” del poemario responder a un deseo concienciar a la mujer sobre las condiciones de sometimiento y violencia que ésta continúa sufriendo en el presente. Esta factura heurística de Soles mojados de una niña azul se logra mediante una serie de instancias performativas que acentúan el mensaje que se quiere transmitir.
Como indiqué anteriormente, la primera parte del poemario, titulada “Miel con sal”, resalta el tema del eros. Aquí la poeta implícita apostrofa y evoca al ser amado, en la medida que éste forma parte de una unicidad vital que nace del ser femenino, como bien se indica en el poema “La llegada”:
penetras el pedazo de tierra
de un cuerpo mojado
te desplazas
vas y vienes

Asimismo, en esta sección el eros funge como una búsqueda ineludible que se efectúa desde el espacio del cuerpo. Así queda expresado en el poema “Anhelo azul”:
por eso el día me arde me lleva me rueda
y mi cara se deja mirar de tus pupilas
tus huesos se salen por mis poros
sabes que estás
y que te deseo con lágrimas que salen de mi boca

Otras veces esa búsqueda toma la forma de una proyección utópica; dada la idealidad inmaterial del ser amado. Se trata de aferrarse al deseo como una afirmación de la existencia:
aunque nunca te he vivido
te noto en mi mente
aunque permanezcas en mi inconsciencia
te escribo
aunque mi lápiz y papel
se encuentran perdidos
en mis ojos

¡tú eres lo único que tengo aunque no existas!

(“Mis ojos te buscan”)

Amor, yo hubiera sido tu alma
para ser eterna
tenerte en la esencia de tu existencia
mirarte desde adentro
formarte en tu sexto sentido
viviéndote, admirándote
amarrándote
a mi lento espacio

(“Varón”)

“Del vientre y su alma” contiene poemas y prosas poéticas que miran hacia la maternidad frustrada (excepto el poema-homenaje intitulado “Pitita,” que es una elegía a la abuela fallecida), como queda ejemplificado en “Mantra,” “Imah del Sol,” “La niña azul” y “Antes de la cirugía, y ¿después qué? un vientre marcado.” En esta sección se hace evidente el talante confesional del poemario. En la prosa poética intitulada “Mantra” dramatiza esa aspiración:
Mujer transparente. La esperma se convirtió en su obsesión,
en su puñal. Gritó y huyó de la realidad, pero no pudo hacerlo por mucho tiempo. Se conformó con la idea de un plan para su destino. Buscó ese plan, pero no lo encontró. Su único deseo fue ser un trozo de tierra fértil.

En la tradición védica de la India, un mantra es un sonido, una palabra o grupo de palabras que pueden crear transformación: “Antes de su partida, la mujer estéril se sonrió. Nadie la vio llorar. Solamente repitió sus palabras de mantra: los milagros existen y hay que dejarles su espacio. Por fin llegó la hora de conocer a mi ángel que tanto soñé.” En este caso, las palabras usadas como mantra parten de la experiencia del dolor como un estadio necesario en la consecución de un estadio superior de liberación interna: “Corrió a su encuentro. Mirando hacia la altura reconoció sus pasos.”
Los textos “Del vientre y su alma,” puede verse también como una forma de catarsis en la que se advierte una afirmación ontológica del ser femenino. Esto se advierte en “La Niña Azul”:
Cuento uno, dos, tres, me siento anhelada por la tierra y la madera, querida y amada por muchos autores que desean publicarme, pero sólo yo escribo mi propia historia. No me detengo en el camino, me levanto, me crezco. Mi mente está tranquila, todo se detiene y me entrego al silencio del tiempo.

En la tercera parte de Soles mojados de una niña azul, el ser y el no ser, la voluntad, el miedo, la inconsciencia y el pensamiento forjan un tono reflexivo que evidencia el devenir existencial del sujeto femenino, el cual manifiesta su diferencia radical:
Estoy cansada,
agobiada,
llena de contrastes
que me conmueven
y me hacen sentir distinta.

En “Ser y no ser” se afirman las dualidades como parte de la lógica femenina:
furor sofisticado
intranquilo
organizado
pero desorganizado
unificado
pero entre piezas

mi yo
clave de mi identidad
donde fluye mi energía
en forma inconclusa
extrovertido
pero introvertido
hacia afuera
pero también hacia adentro

mi persona,
contiene lo deseable
pero ama a su sombra
canción oscura
que violenta
que encierra
que se ahoga

arquetipo
que me hace ser
lo que no soy
lo que quiero ser
sin estar

sexo femenino
hermoso
fuerza innata
que me provoca
me divide
me supera
me trasciende

La tercera sección del poemario, “Sangre,” está constituida por una serie de poemas y prosas poéticas, en su mayoría de corte performático, que conforman una crítica del orden social que deshumaniza a la mujer Algunos de estos textos, como “Payasos y tribunales,” adquieren un carácter de poesía conversacional con visos de surrealismo. . Se trata de una visión satírica de instituciones y funcionarios sociales que han traicionado su compromiso con la justicia y la verdad. Véase la siguiente estrofa:
un abogado
saluda haciendo payasadas
en el papel de Superman
sin vestido azul
sin capa
incapaz de volar
el gran bromista
detrás de una máscara que entretiene
a un público de zombis

Igualmente, en “El fatuo” se arremete contra la superficialidad de un amor fallido:
siento expresarme tan sutilmente,
a lo mejor peco
de imprudente,
pero caigo en la tentación
de decir la verdad:
tonto eres y tonto serás.

La quinta y última parte final del poemario, “Mi ala transparente,” retorna a lo lírico, pero esta vez se enfila su palabra hacia el orden divino en búsqueda de la trascendencia. El poema intitulado “Miserere” es un buen ejemplo de ello. El texto adopta un tono reminiscente de los Salmos bíblicos:
apiádate de mis lágrimas
confrontaciones
de mis No quiero

te reclamo en un cuarto morado
lleno de miedos

Soles mojados de una niña azul de Emma Jeannette Rodríguez poetiza con justicia la condición femenina, presentando un sujeto femenino multidimensional, que se re-crea a la vez que se autoafirma. Con este poemario, la autora se inicia debidamente dentro del panorama actual de la poesía puertorriqueña; por lo que le auguro una trayectoria llena de éxitos futuros.



Alberto Martínez-Márquez
Catedrático Auxiliar



Nace en Bayamón, Puerto Rico, en 1966. Cursa estudios en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, donde obtiene su grado de Bachillerato en Artes en 1989, concentrándose en Estudios Hispánicos. En 1990 recibió la beca Burghardt W. Turner para proseguir estudios graduados en Literatura Comparada en la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook, de donde recibe el grado de Maestría en 2001. En esa universidad dictó cursos de Humanidades y Literatura. En 1995 regresa a Puerto Rico para laborar como profesor del Departamento de Estudios Hispánicos en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. Desde 1997 labora como profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla, donde dicta cursos de Humanidades, Cine e Historia. También a laborado como docente en el Recinto de Aguadilla de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, dictando cursos de Literatura. Asimismo ha dictado el curso de Narrativa Puertorriqueña para el Programa de Maestría en Creación Literaria de la Universidad de Sagrado Corazón.

Tiene a su haber los libros El límite volcado: antología de la Generación de Poetas de los Ochenta, publicada en colaboración con Mario R. Cancel (2000) y el poemario Las formas del vértigo (2001). Su poesía también figura en los volúmenes Antología de poesía puertorriqueña (1993), Maestros desconocidos de la poesía hispanoamericana I (2002), Los nuevos caníbales, vol 2: la más reciente poesía del Caribe hispano (2003) y 1a Antología poética AVBL: edição crítica, publicada en Brasil (2004). Su ensayo “Vargas Llosa y la invención de Alejandro Mayta” aparece en el volumen Proyecciones sobre la novela, publicado por Ediciones del Norte en 1994. Su obra teatral “Harry y la Gorda” fue incluida en Expresiones: Muestra de ensayo, teatro, narrativa, arte y poesía de la Generación X, publicado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 2003. Su poesía, narrativa y ensayos han sido publicados en revistas de Puerto Rico, Estados Unidos, República Dominicana, España, México y Venezuela. En 1989 obtuvo la Medalla de Poesía Francisco Matos Paoli.

Presidente del PEN Club de Puerto Rico en los años de 2002 a 2003. Fue uno de los organizadores de los recitales de poesía De-generaciones, realizados en Ponce, Mayagüez, Caguas y San Juan en el año 2003, y que congregó a más de doscientos poetas de Puerto Rico. Ha dictado conferencias en la Universidad de Columbia (Nueva York), Montaclair State University (New Jersey), Universidad de Pennsylvania, Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, Universidad de Puerto Rico en Humacao, Universidad de Puerto Rico en Ponce, American University en Manatí y en la Biblioteca Nacional de la República Dominicana. En 2006 fue invitado a participar en la XVIII Serie de Poesía Invernal en Boricua College (Brooklyn). Ha participado como invitado de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, en la República Dominicana, en sus ediciones de 2001, 2002, 2005 y 2006.

Desde 2003 es editor de la revista electrónica Letras Salvajes: www.geocities.com/letrassalvajes y de la Página del Poeta Invitado: www.geocities.com/poeta_invitado. Actualmente es director de la revista El cuervo de la Univerdad de Puerto Rico en Aguadilla.

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