domingo, 11 de julio de 2010

DRA.MARIA DE LOS MILAGROS PEREZ- EDITORA

Cabo Rojo, Puerto Rico. Poeta y ensayista; profesora universitaria y gestora cultural. Preside Casa Yaucana: Taller de Investigación y Desarrollo Cultural (TAINDEC), Inc. Ha editado numerosas obras, individuales y colectivas. Tiene 4 publicaciones de poesía: Música por dentro, 1991, Hierve el olvido, 1996, Moler vidrio de luna, 2003, La pared transparente, 2009, poesía en prosa y cuentos, todo inédito. Su poesía ha sido publicada en 4 antologías puertorriqueñas y 2 latinoamericanas.

Estudió letras hispánicas en el Recinto Universitario de Mayagüez y la Universidad de Puerto Rico. Es poeta, ensayista y animadora en el campo cultural. Desde 1983 dirige Casa Yaucana: Taller de Investigación y Desarrollo Cultural. Actualmente hace estudios doctorales en la Universidad de Puerto Rico. Ha sido maestra de español en el Recinto Universitario de Mayagüez entre 1985-1988. Fue directora del Departamento de Estudios Hispánicos de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Dirigió Horizontes, revista de la Institución de 1992 a 1995.




Libros:


LA PARED TRANSPARENTE
MARÍA DE LOS MILAGROS PÉREZ

Título: La pared transparente
Autora: María de los Milagros Pérez Toro
Editorial: TAINDEC
Año: 2009
Reseña:

La profesora María de los Milagros Pérez,catedrática en la Pontificia Universidad Católica de Ponce, publicó su poemario La pared transparente en el 2009. La Casa Yaucana TAINDEC realizó la presentación del libro en diciembre del 2009 en el Teatro Escolar José A. Giovannetti en Yauco. El profesor José Raúl Feliciano comentó la obra poética de María de los Milagros. María de los Milagros es una destacada escritora que ha publicado cuatro poemarios: Música por dentro (1991), Hierve el olvido (1996), Moler vidrio de luna (2003) y La pared transparente (2009). La profesora Pérez Toro ha participado activamente en las luchas políticas, culturales y sindicales. Junto a la profesora Marta Pérez López fundó en 1982, Casa Yaucana, TAINDEC. Institución que ha ayudado grandemente al desarrollo y divulgación de la cultura y de los escritores y escritoras del área. En su obra, La pared transparente, la autora nos lleva a través de su poemas por la evocación de lo vivido Para ella, cada persona a su manera evoca y reinventa ciertas experiencias significativas de su biografía. Muchos de sus poemas son evocaciones de su niñez, de su familia, de sus vivencias, y de sus amigos, entre otros. A continuación dos de sus poemas de su libro La pared Transparente.





“MOLER VIDRIO DE LUNA, DE MARÍA DE LOS MILAGROS PÉREZ1: TRANSMUTACIÓN DE VIVENCIAS EN ARTE”2


Prof. María Isabel Chaparro

Departamento de Estudios Hispánicos

Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico




Con Moler vidrio de luna María de los Milagros Pérez continúa la vena poética intimista iniciada en sus dos poemarios anteriores, Música por dentro (1991) y Hierve el olvido (1996). A la obra que hoy nos ocupa podemos aplicarle las palabras de Gabriela Mistral: “El poeta hace casi siempre autobiografía3”.



Moler vidrio de luna, este título tan sugestivo, nos hace recordar el dicho que usamos cuando hemos estado ante una situación difícil que nos ha costado mucho trabajo, decimos que tuvimos que moler vidrio. Pero aquí el vidrio es de luna. La palabra luna tiene las connotaciones de blancura, pureza, hermosura, lejanía, redondez, inaccesibilidad, espejo. Nos parece que la autora se refiere aquí a un espejo, un reflejo de su vida. La vida ha sido dura y estos versos son un reflejo de ella.



La obra comienza con dos citas, la primera, del poeta modernista mexicano Ramón López Velarde nos introduce a uno de los temas del poemario, el patriotismo. Dice así: “Bebiendo la atmósfera de su propio enigma, la nueva patria no deja de solicitarnos. La segunda cita es del poeta español de la Generación del 98, Antonio Machado: “La verdad es la esperanza.” La verdad implica conocernos y aceptar nuestra realidad para así crecer y mejorarnos. Con estas palabras la autora nos hace partícipes de su fe en el futuro, tiene la esperanza de que haya una mejoría. Manifiesta un optimismo que asociamos a la cita anterior y lo relacionamos con el destino de la patria en sus vertientes política y social.



El poemario está dividido en cuatro apartados: Sonreída soledad, Entre el amor y la ausencia, Transparente y cantando y Tierra y lumbre. Cada una de estas secciones está precedida de unas coplas que introducen el tema general de las composiciones.



La primera parte, “Sonreída soledad”, consta de doce poemas de carácter intimista en los que la autora contempla su vida, su infancia y su juventud desde la madurez. Este carácter intimista y algunos motivos usados, como el del limonero, nos recuerdan a Antonio Machado en Soledades, galerías y otros poemas. En la copla que precede a esta sección la voz lírica nos dice que se sorprende de lo que dicen sus versos: “Siento el alma tan extraña / a veces se me figura / lo desconocido que anda / brotando de mi espesura”. Los poemas tratan diversos temas: la tristeza de la adolescencia, las añoranzas de amor, el sufrimiento que causa el amor, la fugacidad de la vida y del amor, la lucha de la mujer por alcanzar sus sueños y la necesidad que tiene del apoyo de los demás. Como la poesía no es otra cosa que un conversar con uno mismo, la voz lírica mira su vida pasada y se sonríe sola, tal vez porque ya todas las angustias y preocupaciones que vivió en ese período están superadas, de ahí el título de esta primera parte “Sonreída soledad”.



En el primer poema “Mañana del ayer” (p.1) la autora recrea el día de su nacimiento. Hace referencia a la pobreza material del hogar en que nació y también a su pulcritud. Nos ubica en la época, durante la Segunda Guerra Mundial. Utiliza una paradoja para llamar nuestra atención a la situación colonial de su patria y termina con el compromiso de luchar por un futuro mejor. Veamos la última estrofa:



Era un mar de sangre el mundo,

era y no era mi patria,

que al nacer tuve seguro

luchar por toda esperanza.





El poema titulado “Despertar” (p. 2) es un texto rico en connotaciones que nos trae ecos de algunos de los versos de corte familiar de Vallejo en Los heraldos negros. Podemos interpretarlo de distintas maneras. Veamos :



El aire temprano huele a origen

a carne primitiva.

Caracoles de mar

que traen mis hermanos

hierven en la cocina.

Para mí espera

una punta de pan

con marisco

sabroso como un beso.





Nos cuenta la voz lírica que sus hermanos recogieron caracoles en el mar, en la casa los cocinaron y se los comieron con pan, que a ella le ha parecido sabroso. Ese “despertar” del título nos sugiere una toma de conciencia, tal vez de la pobreza material; eran muchos en la familia y el hablante está conciente de que le tocará la punta del pan, parece que no hay más. Tampoco hay carne, por eso comen marisco, la carne primitiva, la que comieron lo indios, nuestros primeros habitantes. Otra lectura de este poema nos sugiere un “despertar” a la sexualidad. Los mariscos se consideran afrodisíacos, la palabra carne nos remite al cuerpo, esta carne es primitiva, virgen, pero ya sabe que los besos son sabrosos.



En esta primera parte hay dos sencillos poemas, muy hermosos, escritos en cuartetas hexasílabas, en los que la voz lírica expresa sus añoranzas de amor. El hablante se proyecta en frutos y aves propias del país: un limón amarillo que desea que una mano lo coja y una rolita y una reinita que esperan compañía para su nido. (Págs. 4 y 5)



Limón amarillo

mi muerte redonda.

Después de la rama,

qué golpe de sombra.



Limón en la rama

de su punto y hora:

el amor querido

de una mano añora.



Rolita de los caminos

comepiedra y buscaflor

cuándo se abrirá en tu pico

la semilla del amor.



Reinita mora del nido

que tejes paja con sol

quién hará casa y abrigo

de tu vasto corazón.





Un escueto poemita de corte feminista, cuyo protagonista es la paloma de la copla popular, atrajo nuestra atención en esta primera parte. Al igual que en la copla, la paloma representa a la mujer. “Por granos de estrella” se refiere a la mujer que lucha sola para alcanzar sus sueños, la autora le canta al valor de esta mujer, termina diciéndonos que podría lograr mucho más si contara con el apoyo de su compañero y de los demás. (Pág.12)



Por granos de estrella

vuela la paloma.

El valor es de ella.

Del mar son las olas.



Por granos de estrella

vuela la paloma.

Más alto iría ella

si no fuera sola.



“Entre el amor y la ausencia”, la segunda parte del poemario, reúne diez poemas de amor; seis de ellos le cantan a los sufrimientos causados por el amor, tal vez el primer amor, y los restantes cuatro cantan al amor gozoso de la madurez. Algunos tratan el tema del amor erótico. Son muy hermosas las “Décimas de ánima sola” con las que se inicia esta segunda parte, en ellas expresa el sufrimiento del desamor, del abandono, del amor no correspondido, del despecho, y la idea de que esta experiencia dolorosa se convierte en arte. Veamos una de estas décimas (Pág. 21)



En el borde de la muerte

se paró mi corazón.

Si de ahí no se tiró

en los brazos de su suerte,

fue por este lazo fuerte

del amor que lo convida

a porfía con la vida

a pesar del escarmiento

y a manos de su tormento

sacarle luz a su herida.





En el poema “Del amor vienes” la autora nos presenta la visión que tiene del hombre: lo ve como a un niño, inmaduro, inconstante en el amor, un ser desamparado que no podría responsabilizarse por una mujer. (Pág. 27) Veamos un fragmento de este poema.



Amapolas de granizo

los hombres de mis encuentros

Todos tenían un niño

desamparado en su centro.



Y un minero cristalino

trabajándoles por dentro.

Si a la vida hallaba sitio

no le encontraba sustento.





El poema dedicado al esposo, Luis Pons, nos habla de cómo los amantes han nacido nuevamente para vivir el amor, es como si se borraran las experiencias pasadas, y este amor fuera el primero. (Pág. 31)



Te siento el tibio color

y el húmedo nido

que tienes de flor encarnada.

Yo me encuentro contigo

volando en el vientre de un cielo

que nos da a luz de nuevo

en una tierra clara,

en una carne niña.

Para ti

siempre tengo la vida enamorada

y el alma laboriosa

que sabe

ocuparse de amarla.





La tercera parte del poemario y la más extensa se titula “Transparente y cantando”. Reúne 21 poemas que, según nos sugiere el título tratan sobre la poesía, el arte de crear versos y tornarse transparente, pues se les muestra a todos nuestra intimidad. La coplita introductoria nos lo dice: Como la piedra puedo / ser dura y ser silencio / Y como el viento ando, / transparente y cantando. El primer poema titulado “Madrugada” inicia el tema de la creación poética. (p.41)



¿Qué temblor, ruido, palabra

asoma el pelaje ambiguo,

mano que ya no es pie?

¿Quién aúlla que canta,

ausente todo olvido,

alma que en sí nos ve?



La autora asocia la palabra “pie” a nuestro caminar, a nuestra vida, a veces oscura como la noche por los sufrimientos y que será la materia de sus versos. La poesía, que se asocia con la luz, se escribe con la mano, pero va a contar lo que pasa nuestro pie, es decir nuestros pasos por la vida. El canto, el poema, va a ser un aullido porque el poeta sufre, en sus versos desnudará su alma.



El poema “De la vida a mi ser” es importante porque está muy relacionado con el título del poemario, “Moler vidrio de luna”. Nos habla del don que ha recibido la voz lírica para escribir. Utiliza las palabras “vidrio” y “púas” para referirse al sufrimiento, pues ambas palabras connotan heridas, daño, dolor. Pero además, el vidrio es transparente, como lo es el hablante lírico al abrir su corazón. En este poema el hablante no menciona la luna, pero nos dice que ese dolor es su espejo, que es una de las connotaciones de la palabra luna. (Pág. 44)



De la vida a mi ser

va cayendo

esa labia

de vidrio y de púas

ese yo, ese dolor,

este espejo

que no pensé

ser nunca.



“Pozo” es un poema sobre la solidaridad con los desamparados. Nos habla de la falta que le hace al mundo la ternura y el amor a los marginados. En “Inmenso manantial”, poema dedicado a su hija, la autora expresa la idea de que nuestros hijos son el otro pie, un pie serán los versos, la obra que dejamos, y el otro son los hijos. Expresa su deseo de que la hija sea fuente de amor y termina identificándola con el pueblo y con el trabajo. Otro poema muy logrado es la “Nana del borrachito”, se ve al borracho como a un niño, se le mira con compasión y hasta con humor. (Pág. 50)



Allá viene el borracho,

borrachito.

La cabeza y los pies

trabilladitos.



Si parece un payaso,

traposito.

Si parece un ají,

coloradito.



Quién lo acuesta y le canta,

pobrecito.

Que se mete en la cama,

tan solito.



Ay, se duerme el borracho,

borrachito.

Y se duerme sin nana,

mecidito.





En esta sección se trata asimismo el tema político, el ansia de libertad, la codicia del imperio o tal vez la nuestra. Veamos el poema “Ah, los codiciadores de galaxias” (Pág. 52)



Ah, los codiciadores de galaxias,

todavía en el solo

pulsear del corazón,

en el vacío

saber sin entender

por qué la vida va en arteras redes,

por qué va en mallas crueles el alma,

todavía en el hueco

de la caverna, ahora

cristalina y metálica.





La autora se vale del paralelismo sintáctico y semántico para transmitir la idea de la falta de libertad. Las palabras redes, mallas, caverna y hueco reiteran la idea de confinamiento. Aparentemente gozamos de todas las libertades, pero a la hora de la verdad, nos damos cuenta de que estamos encadenados, pues no podemos tomar nuestras propias decisiones, por eso las redes son arteras (de hierro) y la caverna es cristalina y metálica. Implica que nuestra codicia y la de la metrópoli son las que nos privan de la libertad. La autora cree que los medios para conseguir nuestra libertad son el trabajo y el amor. Veamos algunas estrofas en las que lo expresa (Pág. 53)



¿Quiénes abren

las jaulas de la vida

hacia la libertad,?

¼ ¼ ¼ ¼ ¼

la mano esclarecida

del trabajo,

la mano poderosa

del amor.



Abril, mes del nacimiento del patriota Ramón Emeterio Betances, le sirve de inspiración a la autora para reflexionar sobre nuestra situación colonial. Le pide a este mes y a los destinatarios reales de sus versos, que somos nosotros, que seamos valientes, que luchemos por la libertad como lo hizo Betances, que la estrella solitaria de nuestra bandera, símbolo de la patria, necesita nuestra lucha heroica.(Pág 58)



Llegaste, abril, de rosa y golondrina.

¡Qué grito de frescura hay en el tiempo!

¡Qué azul caribe arriba

hablando en lengua y en aroma nuestro!

Y yo,

pocito dulce y primavera en ascuas,

te digo: en este limbo

del saber confuso y la nostalgia,

abre días profundos al amor

de amarnos en la patria,

ofrécele días nuevos al valor

de vivir la libertad,

que siempre espera el lance

esa estrella solitaria.

Si no fuera por tu día 8, aquí

no tendríamos

esa habitante necesidad.





8 de abril de 1970, Cabo Rojo.



Este poema, que me parece uno de los más logrados de este texto, me gusta porque en él la autora pone en práctica la función lúdica de la literatura. Codificó todo el poema sin mencionar a Betances, sin embargo, incluyó una información que nos da la clave para la interpretación, esta es el nombre del pueblo de Cabo Rojo y la fecha del nacimiento del prócer.



El poema “Envío” vuelve al tema de la poesía, en este caso se comparan los versos con una botella de náufragos. El náufrago tiene la esperanza de que alguien encuentre su mensaje y haga algo por rescatarlo; la poeta espera que los que lean sus versos también tomen acción. Vuelve en este poema a llamar a sus versos “el pie de soñar”, además insiste en la idea de que los versos son un reflejo suyo, una pecera de sí misma. La pecera nos da la idea de prisión, pero la autora se siente libre, pues dice “Pecera de sí misma, viento y ave”. Aunque los versos muestren sus intimidades, el acto de la creación es liberador. (Pág. 61)



El tema que predomina en la última parte de esta obra, “Tierra y lumbre”, es el de la muerte. El primer poema, “Sierra Bermeja combada” muestra la preocupación de la autora por nuestros recursos naturales. En la noche se ve la sierra bajo la luna, el mar está batiendo contra la orilla, el úcar viejo forma con sus ramas un sable afilado, pasa una tórtola volando y muere al ensartarse en las ramas. Hay una personificación de la noche, que representa a la muerte, pues ésta tiene manos codiciosas. Sierra Bermeja es nuestra primera montaña, es el origen de la tierra puertorriqueña. El poema comienza con una imagen visual “Sierra Bermeja combada”, puede tomarse como una descripción de la forma de la montaña o puede verse en su sentido connotativo, sugerente. Combado significa encorvado, nos encorvamos cuando estamos cansados, viejos, adoloridos ¿Nos querrán decir estos versos algo sobre el deterioro de nuestro suelo, sobre el maltrato al que estamos sometiendo a nuestra isla y sus recursos naturales, por la codicia de algunos? El poema “La paloma de la lluvia” también nos habla sobre la destrucción de la naturaleza. Veamos el poema “Sierra Bermeja combada” (Pág. 69)



Sierra Bermeja combada

bajo la luna creciente,

luna con un cospe ausente,

loma de oro elevada.



El mar, buscando los llanos,

come la tierra caliente

y su corazón batiente

llena de sonoros granos.



En el úcar venerable

que lo padece y lo siente

el tiempo tiene presente

su afilado y verde sable.



Con alas de bronce leve

pasa la tórtola ardiente,

y en el aire queda un tente

de raíz que se conmueve.



Y la noche poderosa

saca el alma de su fuente

a que la vida la tiente

con sus manos codiciosas.





Hay también en esta última parte poemas satíricos hacia los que alaban nuestra situación colonial. Veamos una estrofa (Pág. 72):



Quien te ve gloriar la Isla,

verde cálido y ameno.

Floreces de maravilla

donde respira el veneno.



El poema “Barco y estrella” nos remite a la barca o la nave de tantos otros poetas que se refiere a nuestra alma lista para emprender el último viaje: la muerte. El zapato equivale al barco que estará vacío cuando se haya acabado el andar, cuando llegue la muerte. El poema dice que ese zapato vacío ya no llega, es decir, que todavía no le ha llegado la hora. Hay humor en estos versos pues la luna está enamorando al barco, está poniéndole cuernos al sol, pidiéndole otra pena al hablante lírico para que éste siga escribiendo versos. El corazón aunque está listo para morir, se describe como alegre y sato. Vemos la identificación del hablante lírico con el pueblo, con los de abajo. En la estrofa final nos dice que el barco es el zapato vacío que ya no llega, es decir que todavía no se muere, y que en el agua, que es la vida, se estanca su retrato. Retrato equivale a espejo, así es que se refiere a sus versos que están estancados en la vida, atados a la vida. (p. 75)



Al alba es un reluciente garabato

escrito por el sol, gentil bodega

de las aves marinas que despegan

el vuelo con brillantes arrebatos.



La luna lo vacila sin recato

con su media sonrisa de azucena

pidiéndole otro labio y otra pena´-

y poniéndole cuernos al beato.



A veces una estrella sobre un plato

negro del mar lo hierve en luz serena:

un beso de cristal en hora buena

para este corazón alegre y sato.



Hay un barco en el mar. Es el zapato

vacío de mi pie que ya no llega

y de mi eternidad que no navega.

En el agua se estanca su retrato.



Los dos últimos poemas se refieren a la muerte de dos personas muy queridas, uno “La eterna fiesta”, está dedicado a José Antonio Pérez, el padre. En este la autora vislumbra su encuentro con el padre después que muera. Tras la experiencia de la muerte, el padre estará cambiado, sanado y limpio, listo para la fiesta que será la nueva vida. El otro poema, hermosísimo, nos parece que se lo dedicó a alguien muy querido. Veamos (Pág. 80):



Polvo de cristal y acero

me diste para una flor

cuando la muerte rompió

la rosa que era tu cuerpo.



Con la tierra del país

y la rosa de tu muerte

estoy haciendo un jardín

por no dejar de quererte.



Mi jardín tiene la esencia

aquella que tú tenías:

aroma que es todo ciencia

de lo mejor de la vida.



María de los Milagros Pérez utiliza el vocabulario que le es común a los poetas de todos los tiempos: rosa, nube, luna, manantial, río, mar, espejo, estrella... A todas estas palabras hay que añadir otras que son muy propias de su poesía: pie, vidrio, cristal, transparente. Emplea unas metáforas muy originales: el parto es una “vagina volcanada”, el aguacero es “una densa navaja que corta el sol”, la luna es un “ovario que se vacía”, el semen es “luna líquida”, las penas son “agujas grises”, la lluvia es “esa muralla transparente”, la poesía es “tatuaje que al silencio hace”. Abundan también el símil, la hipérbole y las imágenes sensoriales de todo tipo, incluida la sinestesia. Se vale asimismo de otros recursos estilísticos propios de la poesía: el hipérbaton, la anáfora, el apóstrofe, la pregunta retórica. Sus poemas son breves, escritos en versos tradicionales, mayormente hexasílabos, octosílabos y endecasílabos; cultiva también el verso libre de la poesía contemporánea.



En Moler vidrio de luna, María de los Milagros Pérez desnuda su alma, nos muestra su ser íntimo. En esta obra se expresa su compromiso de lucha por la patria, su solidaridad con los pobres y su esperanza en el amor y el trabajo como las vías para alcanzar la libertad y la paz. Pero sobretodo, esta obra es un canto a la poesía, al acto de creación poética que nos eleva de las miserias humanas por medio de la ensoñación.


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1 María de los Milagros Pérez, Moler vidrio de luna, Yauco, Puerto Rico, 2003.

2 Ponencia presentada el 22 de agosto de 2003 ante TAINDEC, Yauco, Puerto Rico.

3 En Antología de la poesía Hispanoamericana contemporánea 1914 – 1970, Alianza Editorial, Madrid, 1973, p. 65.



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Publicado en el Internet: 9 de septiembre de 2004.


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Concepto y Diagramación del Dr. Cirilo Toro Vargas

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