Metales dialogan con la sangre del relámpago
asombrados escriben otros metales
la compleja ostra caprichosa
que invierte la muerte y la escucha
la marcha de la boca alucinante
que se enreda en el torbellino del silencio
vocales interiores
letras sin rostro
que se esconden en la mano del niño
dedos de voluntad aborrecida
en contra
en mujer
en espejo
que se mueve a la velocidad de la quietud
metales dialogan con el oído del sordo
que amanece en la orilla del tiempo verde.